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Javier Millán-Astray, director general de ANGED: «Apoyar a las empresas es la base de la reconstrucción»

Por 30/10/2020junio 16th, 2023Actualidad3 minutos de lectura

Columna publicada en el Quién es Quién 2020 de EXPANSIÓN.

La pandemia del covid-19 está afectando de forma muy grave al comercio. El derrumbe de la actividad comercial provocado por las medidas de contención del coronavirus ha restado 9,5 puntos al PIB en España, lo que supone el ajuste más severo de la OCDE. En el mejor de los escenarios, si no se producen nuevos confinamientos, el conjunto del sector puede perder en 2020 más de 30.000 millones de euros de facturación. Sólo la pérdida de ingresos de los turistas, que la patronal del sector estima en más de 98.000 millones, puede restar un 3,5% adicional a la facturación total del comercio en España.

Con una campaña turística casi perdida y un sector exportador afectado por la incertidumbre global, urge más que nunca impulsar un gran compromiso nacional para reactivar la confianza de los ciudadanos y el consumo. Las empresas de ANGED van a aportar toda su capacidad en la reactivación de este ciclo virtuoso del consumo, que tiene un impacto directo e indirecto sobre el empleo y la recaudación del Estado. Según estimaciones de CEOE, por cada euro que aumenta la demanda en la distribución, la producción final de la economía crece 2,5 euros, gracias al efecto arrastre del comercio sobre otras industrias.

Nuestras empresas, sus empleados y cadenas de valor son de hecho un ejemplo de colaboración durante la crisis a la hora de garantizar el abastecimiento, la seguridad en las tiendas, mantener el empleo y afrontar adversidades. Este espíritu de colaboración es la base sobre la que se tiene que asentar la reconstrucción de nuestra economía. Y la creación de empleo volverá a convertirse en el objetivo prioritario de esta reconstrucción. El Gobierno debe estar convencido que sólo las empresas pueden crear ese empleo y, por ello, resulta ineludible ofrecer un entorno adecuado para que puedan crecer y mejorar su competitividad. Por eso, demandamos a las Administraciones Públicas un apoyo decidido a las empresas y avanzar en un plan de reformas.

Entre otras, es fundamental no agravar la situación de las empresas con una subida de la presión fiscal; se debe promover, en el ámbito de la negociación entre empresarios y trabajadores, un marco laboral flexible; impulsar la libertad comercial, y establecer mecanismos de coordinación leal entre Instituciones y Administraciones. No hay otro camino o plan alternativo.

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