Un reciente Estudio Europeo sobre Fiscalidad, elaborado por Deloitte, sitúa a España como el quinto país de los Veintiocho con en el entramado tributario más complejo. Entre las quejas más frecuentes de las compañías consultadas por Deloitte destaca una: las constantes modificaciones legales y el nivel de incertidumbre que estas generan.
Precisamente, éste es uno de los asuntos recogidos por la CEOE en su listado de Propuestas para la reforma fiscal. La patronal advierte de que “el sistema tributario es muy complejo, no solo existe una descoordinación entre las políticas tributarias centrales y autonómicas sino que, a la vez, la abundancia de normas y modificaciones sobre las mismas, afectando en muchas ocasiones a decisiones de inversión tomadas en el pasado, generan inseguridad jurídica, ponen en duda la confianza en futuros incentivos fiscales perjudicando la inversión, hacen muy complicado el adecuado cumplimiento de las obligaciones fiscales y originan una alta litigiosidad tributaria”.
CEOE enumera hasta “100 impuestos propios de las Comunidades Autónomas e innumerables tasas autonómicas y locales que en muchos casos gravan la actividad o suponen un obstáculo a la libertad de establecimiento, y esta cifra va en aumento”. El impuesto de grandes establecimientos comerciales, vigente en varias autonomías, es un claro ejemplo de cómo esta disparidad de tributos autonómicos afecta negativamente a la inversión y la generación de empleo.
Para solventar este galimatías fiscal, la CEOE propone una serie de medidas que permitan “coordinar las políticas tributarias centrales y autonómicas”, “establecer unos principios básicos” y “evitar la generación de situaciones anticompetitivas y la ruptura de la unidad de mercado”.
Puedes consultar el conjunto de las propuestas fiscales de CEOE aquí:
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