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Fernando Gallardo: “las claves para mejorar el turismo de compras son la liberalización y la experiencia de compra”

Por 24/06/2016junio 20th, 2023Actualidad10 minutos de lectura

Fernando Gallardo es periodista, escritor, conferenciante y analista de tendencias turísticas. Fundó la marca “Hoteles con encanto” y su pasión por los viajes le ha permitido visitar más de 26.000 alojamientos en 102 países. Como uno de los mayores expertos del sector turístico y hotelero, reconoce la enorme importancia y potencial que tiene el turismo de compras en España, no sólo para el sector del retail sino también para el conjunto de la economía. Por ello, ha accedido a compartir con el Blog de ANGED un análisis de su situación, cómo podemos mejorarlo y qué lecciones podemos extraer de otros países.

  • ANGED: las empresas del sector turístico y hotelero en España se están preparando para un verano de record (Entre enero y abril de este año el turismo ha aumentado un 13% con respecto al mismo periodo del pasado año) En tu opinión, ¿Qué debería hacer el sector del retail español para aprovechar mejor las oportunidades que ofrecen los turistas?
  • FG: las podemos resumir en dos: la primera es la liberalización de los horarios y la segunda, avanzar hacia la experiencia y la sensorización. [En cuanto a los horarios] el mundo digital está cambiando nuestro mundo físico y analógico y por lo tanto, hay que ver como se produce esta transición. La sociedad será en el futuro 100% digital. Esta transición hay que preverla, negociarla y hay que pensar que el mundo, al mismo tiempo que se hace digital, se hace global. El mundo se queda pequeño para las personas que se hacen digitales. El planeta gira su eje y esto rompe con la idea de la fragmentación horaria. Los husos horarios que han sido marcados por una comprensión territorial de nuestro mundo dejan de tener sentido en cuanto el mundo se globaliza. El planeta de por sí no está dividido en husos. Es una división imaginaria y al globalizarse el mundo, el territorio natural de las personas y de la ciudadanía es el planeta entero. Al ser así, no sirven los husos.

El retail debe entender que en el mundo global, la función digital tiene ventaja sobre la función física

Si el comercio electrónico es 24h, el comercio físico está exigido a ser 24h. Podemos hablar claro sobre cómo acompasar esto con los ciclos de las personas. Podemos hablar de cómo se compagina con una fisiología robótica que no tiene descanso o con los ciudadanos que viven en zonas opuestas del planeta y que cuando nosotros descansamos ellos trabajan. Yo creo que ahí la libertad de horarios y de competencia deben de ser absolutas. Una de las cosas más terribles de una ciudad es ver la ciudad como si le hubiera caído una bomba atómica, una ciudad dormida, cerrada. Todo el mundo tiene derecho al descanso pero no necesariamente es un derecho que todo el mundo descanse a la misma hora. Por ejemplo, es bastante curioso que las oficinas de turismo en España se cierren en domingo que es cuando más turismo hay. Es una sinrazón anacrónica. Esto no es un problema de descanso sino que hace falta inteligencia para la satisfacción de las necesidades de los consumidores. El problema de gran parte del sistema de acogida del turismo es un problema puro de sentido común e inteligencia. A las personas responsables de estas políticas les hace falta más inteligencia. Hay que liberalizar y plantear una cultura del consumo que sea global. La cultura de lo local es muy interesante pero no debe ser impuesta. La visión debe ser universal. Por eso el comercio debe poder competir en cualquier franja horaria, para así poder aprovechar el elemento más importante para ser competitivo: la diferenciación. Por otro lado, el retail debe avanzar hacia la experiencia y la sensorización. Si queremos que sigan existiendo espacios analógicos junto con el dominio del mundo digital, debemos apostar por una manifestación experiencial, por algo por lo que merezca la pena ir a la tienda. La idea de comprar en la tienda debe ser una experiencia.

  • ANGED: el turismo de cruceros es uno de los segmentos más atractivos para el retail en las principales ciudades de destino de nuestro país, como Barcelona, Mallorca o Valencia ¿Cómo podríamos potenciar este tipo de turistas?
  • FG: curiosamente, uno de los demonios de Barcelona ahora es el turismo de cruceros, porque son oleadas que perjudican la vida complaciente de algunos de los residentes. Pero una ciudad no es un espacio ni un club privado solo para residentes. El impacto en general es muy positivo y aportan a la economía. Los cruceristas consumen y dejan mucho dinero. ¿Cómo potenciarlo? Hay que tener en cuenta que los puertos de los cruceros no son elegidos por sus características físicas o logísticas, sino por la ciudad que lo alberga. Los turistas de crucero buscan experiencias. Por un lado, las ciudades deben acoger plenamente los cruceros que reciben y en este sentido, no es lógico que se encuentren los comercios cerrados. Los cruceros son en sí una gran ciudad y el barco está abierto 24 horas. Por otro lado, es interesante que los pasajeros vivan antes en el barco un adelanto de la experiencia que vivirán en la ciudad de destino. Se trata de tender puentes y que haya más relación entre la ciudad y los cruceros.
  • ANGED: Nueva York es una las ciudades más conocidas a la hora de viajar para hacer compras (está en el 5º puesto de las ciudades más atractivas para el sector de la distribución, según el informe Destination Retail de JLL) Ya que la conoces por ser tu actual residencia, ¿Qué lecciones podrían extraer Madrid o Barcelona de la ciudad de Nueva York para estar entre las mejores ciudades del mundo en cuanto a turismo de compras?
  • FG: la principal lección que se puede extraer es la innovación. Cuando se vive en NY, lo más significativo es ver tiendas que van bien y de repente desaparecen. Le pasó a Dani García con su restaurante. El restaurante fue bien pero en menos de año cerró ¿Por qué? Porque hay una idea que es la constante innovación y no basta simplemente con ir bien. Hay que reinventarse cada poco tiempo. Es un stress y una exigencia constante por la innovación y por la vivencia de experiencias. Los consumidores quieren constantemente algo nuevo. Todo esto es algo que podrían aprender las ciudades españolas. En muchas ciudades españolas se piensa que solo por la historia y el patrimonio se va atraer a turistas. El hecho es que, por ejemplo, Madrid en realidad tiene más patrimonio que Barcelona y sin embargo es ésta la que atrae más turistas. Todo ello fue gracias a su reinvención tras los juegos olímpicos de 1992.
  • ANGED: ampliando más esta pregunta: ¿Por qué una potencia turística mundial como España no tiene ciudades al nivel de Londres o Paris como grandes capitales globales del turismo de compras? ¿Qué debe hacer España para mejorar su situación en cuanto a turismo de compras?
  • FG: España es una potencia turística que, probablemente, en 5 años será la primera en el mundo. Pero todos sabemos que es una potencia por el clima y sus playas. Es lo que llamamos el “Sea, Sun, Sex”. Esta expresión es clave, porque había otros muchos países en el mundo que ofrecen el binomio sol y playa. La diferencia es que a este binomio, España le añadió el tercer término. Es decir, España supo convertir el sol y la playa en una experiencia, una destino de turismo experiencial. La costa supo hacerlo, pero muchas ciudades no han sabido hacer hincapié en lo experiencial. Hay una excepción y que creo que puede ser la ciudad número uno en potencial de crecimiento: Málaga. Antes era un núcleo urbano importante en la Costa del Sol pero una ciudad de segunda en cuanto a turismo, ya que eran más atractivas Marbella, Fuengirola o Torremolinos. Pocos se quedaban en Málaga. La ciudad se quedó dormida como una ciudad complaciente, antañona, aburrida. La iniciativa del actual alcalde ha cambiado la ciudad. Ha peatonalizado calles, ha traído elementos nuevos como el Museo Thyssen, el Pompidou y renueva otros como el Gran Hotel Miramar, que va a ser uno de los grandes hoteles de lujo en España. Estas actuaciones permiten que Málaga ahora compita en las mismas condiciones que otras ciudades de la costa que eran más turísticas.

No hace falta grandes inversiones, se trata tener inteligencia y crear un ambiente experiencial para los turistas.

  • ANGED: ¿Hasta qué punto crees que las restricciones a la apertura de horarios comerciales perjudican tanto al sector del retail como al turístico? ¿Tienen sentido en la era digital donde un consumidor puede comprar online en cualquier momento del día y de la semana?
  • FG: las restricciones de horarios tienen que ver con el sentido del territorio que predominaba antiguamente: primero, en las sociedades agrarias, después en las industriales y en menor medida pero también se producen, en las sociedades de servicios. Por eso, no tienen sentido en el sector que estamos viviendo, el de lo digital y la era de la información. La restricción horaria basada en la territorialidad deja de tener sentido cuando el territorio es la “nube” virtual, cuando uno puede encargar de todo a través de Amazon u otra empresa de comercio electrónica. Hay que pensar en que la única posibilidad que tiene el espacio territorial del comercio para competir es el de la experiencia, ya que el comercio en sentido puro, basado en el producto y el precio, ya se ofrece 100% digitalmente. Hay sitio para lo analógico, pero no como el comercio puro tradicional, sino como valor de experiencias, espacios de intercambio de ideas, sensaciones y emociones.

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