Las más de 13.000 compañías de capital extranjero que operan en España generan 1,2 millones de puestos de trabajo directo y aportan el 26% de la actividad empresarial. Estas cifras, constatan el atractivo de la economía nacional para los inversores internacionales, aunque todavía queda camino por recorrer.
La Asociación de Multinacionales por Marca España ha identificado cinco campos claves que condicionan la entrada y permanencia de inversores en un país: el entorno económico; el entorno empresarial; el mercado laboral y la fiscalidad; la regulación y gobernanza; y la calidad de vida. Sobre esos cinco ejes ha trazado una batería de 64 propuestas para favorecer la inversión en España en la que no se olvida, entre otros sectores, del comercio.
En concreto, los principales obstáculos a la inversión comercial en España identificados en este estudio tienen que ver con las trabas administrativas, la fragmentación de mercado y la inseguridad jurídica. «Con el fin de hacer efectivo el principio de unidad de mercado, en las últimas décadas se han llevado a cabo importantes esfuerzos. Sin embargo, y a pesar de las medidas adoptadas, la fragmentación subsiste en el mercado español, lo que se traduce en un elevado coste que dificulta de forma considerable la actividad empresarial«, señala.
Entre otras cosas, plantea establecer mecanismos que incentiven a comunidades autónomas y ayuntamientos a aplicar de forma efectiva la Ley de Garantía de Unida de Mercado. También proponen las Multinacionales por Marca España analizar periódicamente el impacto socio-económico para las empresas de la fragmentación de mercado. Por otro lado, solicita un plan para reducir las barreras administrativas que permita aminorar la gran cantidad de recursos públicos y privados que se requieren para cumplir trámites y obligaciones legales.
Otro capítulo fundamental que afecta al comercio y al resto de los sectores es la fiscalidad. Entre otras muchas medidas, llaman a impulsar la seguridad jurídica tributaria. «Para el inversor es crítico contar con un marco fiscal estable. Los cambios legislativos pueden perjudicar la imagen de España, afectan negativamente a las decisiones de inversión y tienen un coste para la economía en términos de competitividad«, apunta el informe. En este ámbito, al fragmentación de la unidad de mercado (CEOE ha identificado un centenar de impuestos propios de las comunidades) también juega un papel determinante en la capacidad de crecimiento de las empresas.
;
